Miss Merkel. El caso de la canciller jubilada de David Safier
Allí, sentada en ese banco a orillas de ese lago, no echaba nada de menos Berlín, aunque todavía no se había acostumbrado del todo a vivir en la pequeña localidad de Klein-Freudenstadt, situada precisamente junto al lago Dumpfsse. ¿Y cómo iba a haberse acostumbrado? Sólo llevaba allí seis semanas. Aunque había salido a dar paseos por ese lugar, asimismo hermoso a su modesta manera, eso no bastaba para sentirse como en casa. ¿Llegaría a, sentirse así algún día?
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