Escrita en primera persona, Cocaína es la crónica de un adicto a lo largo, larguísimo de un año. Una narrativa en primera persona que adopta un enfoquen nihilista, atravesado por un discurso ético donde el debate consiste en escribir o no escribir, existir o no existir. Una novela envolvente, simple, moralista. Y aquí un lector descuidado, frugal, agradecido. - ¿Andrés? - Gracias. Adiós. |