Memorias de una ladrona de Dacia Maraini
A mí tener casa me trae el gafe, es mejor que no vuelva a tener una. En cuanto tenía casa, llegaban las amigas envidiosas y celosas diciendo, ¡qué bonito esto!, ¡qué bonito lo otro! ¿Dónde te los has comprado? Y me echaban el mal de ojo, con su envidia, me destruían.
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