Mar de Invierno en Cadaqués de Cristina Bou
Como si hubiera oído las palabras mágicas de Aladino ante la cueva, Zoe abrió las puertas de su vida a aquella desconocida con abrigo de pelos negros, sin reservas ni secretos. Daniela le dejó soltarlo todo casi sin interrumpirle, sin hacerle preguntas. Solo miraba cómo se vaciaba delante suya, mientras fumaba un cigarro tras otro y le pasaba pañuelos de papel.
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