Matilde debe morir de Cristian Acevedo
Eso usted lo entiende: si usted escribiera, de seguro crearía un personaje opuesto a usted mismo, uno muy distinto. Quizás elegiría a un pibe, a un pícaro pibe del conurbano. Quizás a una vieja que pasa sus días tejiendo para alimentar a sus nietos, un detective idealista de Los Ángeles tal vez. Si escribiera una novela, no querría que sus pensamientos y reflexiones, sus más vergonzosos secretos y sus temores más íntimos, se revelaran a la primera. No. Mejor que hablen otros y no usted. Esa sería una buena manera de sorprenderse uno mismo también.
|