La carretera de Cormac McCarthy
Observó la cara del chico a la luz naranja de la lumbre. Sus mejillas hundidas y tiznadas de negro. Tuvo que contener la rabia. Era inútil. No creía que el chico pudiera continuar mucho más. Aunque dejara de nevar la carretera estaría impracticable. La nieve caía a susurros en medio de la quietud y las chispas crecieron y mermaron y se extinguieron en la negrura eterna.
|