Catedrales de Claudia Piñeiro
Lo digan de manera directa o con eufemismos, es evidente que consideran que los ateos somos personas falladas. Más aún, hay quienes hasta concluyen que la imposibilidad de tener fe religiosa trae como consecuencia un grado de maldad inevitable; una persona que no cree en ningún Dios no puede ser una buena persona
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