Dormir en un mar de estrellas de Christopher Paolini
De haber podido elegir, Kira habría preferido perder un brazo antes que sus implantes. Con su holofaz, tenía al alcance de la mano un mundo dentro de otro, un universo entero de contenido real y ficticio que podía explorar. Sin los implantes, lo único que le quedaba eran sus pobres pensamientos insustanciales... y el eco de la oscuridad.
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