La mujer zorro y el doctor Shimamura de Christine Wunnicke
Shimamura Hanako trabajaba en una biografía de su hijo desde hacía muchos años. Tantos, que ya había superado el punto en el que esta se desbordaba por los cuatro costados. Poco a poco, había empezado a comulgar con la opinión de que el asunto merecía más bien treinta páginas y no trescientas, y que lo había sobrevalorado desde el principio.
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