Todo un caballero de Christine Cross
Por un instante, se preguntó cuánto podía durar un beso, y enseguida le dio respuesta su corazón: un beso podía durar lo que durase la eternidad, porque aunque desapareciera la sensación de la presión de los labios, siempre quedaría la magia del momento, fluyendo en el aire, eternizándola en el recuerdo.
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