Un lord irresponsable de Christine Cross
—La primera vez que te vi —le dijo con un tono suave—, cruzabas los jardines de Markyate Cell bajo la luz de la luna. Te vi desde la ventana y pensé que eras un hada, un ser etéreo y misterioso. —Una sonrisa dulce asomó a sus labios ante el recuerdo mientras avanzaba hacia ella—. Luego, cuando te encontré en el vestíbulo de la mansión, decidí que tenías que ser una hechicera. Tan hermosa y tan inalcanzable. Me pregunté si desaparecerías si te tocaba. —Extendió la mano y rozó su mejilla con los nudillos en una suave caricia—. Nunca imaginé que llegarías a ser mi esposa.
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