Jane Eyre de Charlotte Brontë
Si la gente fuera siempre cariñosa y obediente con quienes no tienen piedad ni son justos, los malos no encontrarían trabas en su camino, no tendrían miedo ni se les ocurriría nunca rectificar; al contrario, irían a peor. Cuando nos pegan sin motivo, tenemos que reaccionar enérgicamente, claro que sí, y devolver el golpe, para que aprenda y escarmiente el que nos ha pegado.
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