Villette de Charlotte Brontë
La felicidad no es una patata que pueda plantarse en la tierra y abonarse con estiércol. La felicidad es un resplandor que brilla en lo alto del cielo, muy lejos de nosotros. Es un roció divino que el alma, en ciertas mañanas estivales, siente caer sobre si desde el amaranto en flor y los frutos dorados del paraíso
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