Imperfectos de Cecelia Ahern
Con sus cicatrices identificativas, sus brazaletes y sus posibilidades limitadas. Viven entre la sociedad, pero sin tener a su alcance todo aquello que puedan desear. Los ves en las paradas del autobús, esperando, para estar en casa a las diez de la noche, que es su toque de queda. Las once en verano. El mismo mundo y vidas muy distintas.
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