Rojo, blanco y sangre azul de Casey Mcquinston
-¿Sabes una cosa, tío listo? -dice Alex en voz alta en cuanto se establece la llamada-, escúchalo tú mismo, y luego me dices qué harías tú en mi lugar. -¿Alex? -La voz de Henry suena aguda y sorprendida al otro lado de la línea-. ¿De verdad me has llamado a las tres de la madrugada para que escuche graznar a un pavo? -Obviamente -contesta Alex. Lanza una mirada a Pan de Maíz y se encoge sobre sí mismo-. Dios, estos bichos, cuando te miran, dan la impresión de leerte el pensamiento. Pan de Maíz conoce todos mis pecados, Henry. Pan de Maíz sabe todo lo que he hecho y ha venido aquí para hacerme pagar por ello. |