Una boda en Navidad de Caroline Mickelson
(…) estoy aquí ahora, contigo, y no me iré. A menos que me digas que quieres que me vaya. Eve cerró los ojos ante la inevitabilidad de lo que sucedía. Estaba enamorándose de Hunter Nielson otra vez y se sentía incapaz de salvarse. Abrió los ojos justo cuando los labios de Hunter tocaron los suyos. ¿Cómo podía ser algo tan malo cuando se sentía tan bien? |