La bestia de Carmen Mola
Ana Castelar parece leerle el pensamiento, o tal vez ha visto cómo fijaba su mirada en la anciana de los crisantemos, y le desliza unos reales en la mano. En un segundo, los está intercambiando por unas flores violeta. Después, se arrodilla junto a la lápida y apoya en ella el ramo. " Siempre habrá flores frescas en tu tumba. No me voy a olvidar de ti."
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