En la casa de los sueños de Carmen Maria Machado
Hay un acertijo quechua: «El que me nombra, me rompe.» La solución, por supuesto, es «silencio». Pero la verdad es que cualquiera que conozca tu nombre puede partirte en dos.
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En la casa de los sueños de Carmen Maria Machado
Hay un acertijo quechua: «El que me nombra, me rompe.» La solución, por supuesto, es «silencio». Pero la verdad es que cualquiera que conozca tu nombre puede partirte en dos.
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