Emocionarte: La doble vida de los cuadros de Carlos del Amor
En este viaje confirmaremos también algo que es sabido: el devenir real de un cuadro es esclavo de la época en la que se pintó. Siendo esto una obviedad, si lo analizamos tiene más importancia de la que creemos. Los ojos de hace uno o dos siglos no son los ojos de ahora, no los de ahora serán los de dentro de doscientos años. Lo que puede parecer una nimiedad a nuestra mirada, quizá supuso una condena en el siglo XVI o, sin ir tan lejos, a principios del siglo XX. La forma de pensar influye en el pensamiento final y hay casos en los que el artista se ve obligado a cambiar algún detalle por la presión de una sociedad vigilante. Y no hablamos de censura, hablamos de maneras de mirar, del desprecio de esas miradas ante lo que ven.
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