Troll de Carlos Sisí
Sostenía un par de viejísimos muñecos en las mano a los que manejaba con entusiasmo en el interior de una vieja caja de zapatos. Uno de ellos tenía atado un diminuto martillo en la mano, y en la otra portaba un pequeño clavo, alargado y puntiagudo. Un pequeño recipiente volcado tenía aún restos de agua, al lado de unos algodones pintados de rojo y amarillo.
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