En la Tierra del Fuego de Carla Federico
Este no es el país de la miel y de la leche. Aquí, uno tiene que ganarse el pan con el sudor de su frente; pero le queda el consuelo de que por lo menos puede ganárselo. De unas gotas surge un arroyo y de los arroyos surgen las corrientes. Manos a la obra, la bendición no nos faltará.
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