La tierra en llamas de Bernard Cornwell
Los hombres por fuerza han de venerar a los dioses, ya está es posible que tenga sentido creer en uno solo. Pero ¿por qué rendir culto a una divinidad que solo aspira que la azoten y la maltraten? Ellos de los cristianos nada tenía que ver con los nuestros, pero no nos quedaba más remedio que vivir entre gentes que lo temían y que abominaban de nosotros porque adorábamos a otras deidades. Yo había prestado juramento de lealtad a Alfredo, y siempre había cumplido las órdenes que me lo había recibido
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