El Gran Rojo de Benito Olmo
Ayla abrazó y se dejó abrazar. Lloró y consoló. Y supo que por muy mal que anduvieran las cosas siempre hay tiempo para un abrazo.
|
El Gran Rojo de Benito Olmo
Ayla abrazó y se dejó abrazar. Lloró y consoló. Y supo que por muy mal que anduvieran las cosas siempre hay tiempo para un abrazo.
|