OBRA COMPLETA BILINGÜE de Arthur Rimbaud
Tanta paciencia tuve que para siempre olvido. Temores y dolores a los cielos se han ido. Y la sed malsana oscurece mis venas. ¡Qué venga, que venga el tiempo del amor! Como la pradera al olvido entregada, crecida, y florida de incienso y cizañas, al feroz zumbido de las sucias moscas. ¡Que venga, que venga el tiempo del amor! |