OBRA COMPLETA BILINGÜE de Arthur Rimbaud
Y el ídolo en que tanta virginidad depositaste, en que divinizaste nuestra arcilla, la Mujer, para que el Hombre pudiera iluminar su pobre alma y ascender lentamente en un inmenso amor de la cárcel terrenal a la belleza de la luz; -¡la Mujer ya no sabe siquiera hacer de cortesana!... -¡Bonita farsa, y el mundo se mofa de burlón del nombre sagrado y dulce de la gran Venus! |