Estudio en escarlata de Arthur Conan Doyle
Su estatura rondaba los dos metros, y era tan extraordinariamente enjuto que producía la impresión de ser aún más alto. Tenía la mirada aguda y penetrante; y su nariz, fina y aguileña, daba al conjunto de sus facciones un aire de viveza y de resolución. También su quijada delataba al hombre de voluntad, por lo grande y cuadrada
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