La bajamar de Aroa Moreno Durán
Le parece imposible renunciar a tener un hijo sin poder atisbar el huracán que supone en la vida de uno. El amor y el cansancio. La ternura y el miedo más atroz. La razón para no tener un hijo, piensa, aunque Jon no la ponga sobre la mesa con esa vehemencia inteligible y lógica, aunque se le escurra del discurso de la libertad y el deseo, es el pánico que produce saber que alguien depende de ti. Ese paso al frente que deja atrás la despreocupación. El terror que surge después de un nacimiento, nuestra verdadera extinción.
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