Allegro de Ariel Dorfman
(…) como si supiera que vivimos siempre sin nuestros padres, que todos nacemos huérfanos, que la vida de un padre, de una madre, se nos presta y nada más, y que no debemos olvidar que todo poder, toda gloria deriva de Dios, Nuestro Padre, en quien hay que tener fe para que no nos desampare.
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