Mil motivos para no estar juntos de Arianne Martín
Me había costado entenderlo, me había costado mucho darme cuenta de que un amor tan real y profundo como el nuestro no estaba mal, pero por fin lo había hecho. Me había percatado, mientras corría por el parque del Retiro, que daba igual lo que tuviera que arriesgar para poder estar con él, lo que pudiera perder por el camino, o que en un momento dado Ander me abandonase —aunque la verdad es que dudaba de ello cuando lo pensaba fríamente, con la cabeza y no con el miedo—, porque solo por poder vivir aquel amor con él, todo lo que pudiese suceder después merecía la pena.
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