La asombrosa bibliotecaria de Little Rock de Ardey Olivia
No se atrevía a explicarle la verdadera razón, la misma por la que nunca leía libros de la signatura ciento cincuenta y nueve. Muchos trataban sobre el abandono, la pérdida, la soledad. Ella dejó la universidad en el primer curso y optó por la titulación profesional como ayudante bibliotecaria sabiendo que sería más feliz, ya que le apasionaba leer y trabajar rodeada de libros y lectores. Porque cuando abría los manuales de Psicología, no soportaba leer en letra de imprenta con serifas, esos sentimientos secretos que atribulaban su alma, desde que quien que más quería en el mundo se había ido de casa sin decirle adiós.
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