Las Afueras de Dios de Antonio Gala
Igual que el adolescente en anciano es, a su modo, narcisista: vive en la incertidumbre y tiende a replegarse sobre sí mismo, más acaso cuanto más intensa fue su armadura. El adolescente tiene la vida ante sí, y el otro tras de sí, pero ambos se enfrentan con rápidas transformaciones de su físico. Se produce una crisis de identidad. (…) En cuanto a su sentimiento de inutilidad, es otra fuente de horrores, porque súbita o progresivamente desaparecen gran parte de su autoconocimiento y del sentido que tuvo su vida.
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