El tragaluz de Antonio Buero Vallejo
Vicente: Vente a la Editora, Mario. En la primera etapa puedes dormir en mi casa. (Mario lo mira y se sienta, despatarrado, en el sillón de su padre.) Estás en peligro: actúas como si fueses el profeta de un dios ridículo... De una religión que tiene ya sus ritos: las postales, el tragaluz, los monigotes de papel... ¡Reacciona!
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