Loco, sexi & Millonetis de Anny Peterson
De hecho, solía perdonarlo casi todo —soy así de boba—, pero lo que no podía perdonar es la podredumbre humana... Cómo la que demostró tener él en un segundo tan crucial; ¡ni perdón me había pedido! Y no hay nada peor que un cobarde, en serio... Huid de ellos como del primer niño que te llama «señora»
|