El hombre joven de Annie Ernaux
Pero yo sabía, mirando a esa pareja madura, que si estaba con un joven de veinticinco años, era para no tener ante mí, continuamente, la cara marcada de un hombre de mi edad, la de mi propio envejecimiento. Frente a la de A., la mía también era joven. Los hombres lo sabían desde siempre, no veía por qué me lo iba a prohibir yo.
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