La villa de las telas de Anne Jacobs
Al respecto, la señorita había expresado opiniones muy curiosas. Consideraba una suerte tener que ingeniárselas uno mismo porque, afirmaba, las personas se hacían fuertes cuando luchaban por hacerse un lugar en el mundo. Creía que era mucho mejor ganarse el sustento con el trabajo de las propias manos que vivir en una villa rodeada de lujos.
|