Ex Libris: Confesiones de una lectora de Anne Fadiman
Unos amigos de unos amigos habían alquilado su casa unos meses a un decorador de interiores y a la vuelta se encontraron con que les habían vuelto a ordenar la biblioteca entera según el color y tamaño de los libros. Poco después, el decorador sufrió un accidente automovilístico mortal. Confieso que cuando nos contaron esa historia, todos los presentes coincidimos en que se había hecho justicia.
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