Agnes Grey de Anne Brontë
El corazón humano es como el caucho: se hincha muy fácilmente pero es muy difícil hacerlo estallar. Si «poco más que nada» lo altera, «poco menos que todo bastará» para romperlo. Como en las partes externas de nuestro cuerpo existe un poder inherente que lo fortalece contra la violencia externa. Cada golpe que lo hace tambalear servirá para endurecerlo contra un golpe futuro, igual que la piel de la mano se hace más gruesa y los músculos se vigorizan con el trabajo constante, en vez de debilitarse, por lo que un día de arduo trabajo que podría desollarle la palma a una dama no haría mella en la de un robusto labrador.
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