Comunidad de Ann Patchett
Como se había hecho amigo de las recepcionistas de las editoriales en las que tenía que hacer las entregas y les preguntaba qué estaban leyendo, siempre tenía algún libro. En ningún otro sitio le hacian regalos, pero a las recepcionistas de las editoriales no les imprtaba darle un ejemplar a un mensajero en bicicleta., aunque pareciera el mismo mensajero de la muerte.
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