Lo que la mafia ha unido, que no lo rompa el Gonorrea (Mafia de tres nº 3) de Angy Skay
Pero, sobre todo, lo que me tenía arrastrando en aquel momento las esquinas era la ausencia de ellas, haber despertado en mitad de Pescadería tras partirme alguien la cara y no verlas allí, tirándose a morde el cuello de la tiparraca que había osado humillarme en segundos. No estaban. Se habían alejado de mí. |