La espada del destino de Andrzej Sapkowski
Te diviertes y te alegras de la posibilidad de humillar a otros, eres feliz con el desprecio que puedes mostrar a un brujo capaz de jugarse el cuello por tus dineros. Pero has de saber que al brujo le importan un pimiento tu desprecio y tu humillacion , que no le causan la mas minima impresión , que ni siquiera las advierte. No, el brujo no siente ni siquiera lo que sienten tus siervos y subditos, y ellos sienten verguenza,una profunda y ardiente verguenza. El brujo tampoco siente lo que nosotros sentimos, y nosotros sentimos asco. ¿Sabes por que es asi? Yo te lo dire. El brujo sabe que el es mejor. Vale mucho mas que tu. Y esto le da las fuerzas que tiene. [...] Por ello, poderoso principe, no te pongas en ridiculo proponiendo al brujo el papel de un mercenario en el ejercito que quieres organizar contra el oceano. No te hagas el hazmerreir, porque tu proposicion solo sirve para provocar la risa. ¿Todavia no lo has comprendido? Al brujo le puedes pagar para que realice una tarea, puedes contratarle para que proteja a la gente del mal, para que conjure el peligro que les amenaza. Pero al brujo no le puedes comprar, no lo puedes usar para tus propios fines. Porque el brujo, incluso herido y hambriento, es mucho mejor que tu. Vale mucho mas. Por eso se burla de tu miserable oferta. ¿Has entendido? [...] Por supuesto que que no nos matais, no lo haceis, porque alla, profundo, en vuestro interior, arde todavia una llamita de decencia, un resto de honor, aun no sofocado por el orgullo de nuevo rico y de mercader. En el centro. En el fondo de vuestro corazon. Un corazon que todavia es capaz de amar a una sirena.
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