El último deseo de Andrzej Sapkowski
Pero nuestras profesiones se diferencias en algo. Nunca se acabará la demanda de poesía ni del sonido de las cuerdas del laúd. Tu profesión es peor. Vosotros mismos, brujos, vais acabando con vuestro trabajo, lentamente, pero con continuidad. Cuanto mejor y más a conciencia trabajéis, menos trabajo os queda. Al fin y al cabo vuestro objetivo, y la razón de vuestra existencia, es un mundo sin monstruos, un mundo tranquilo y seguro. Es decir, un mundo donde los brujos sean superfluos. Una paradoja, ¿no es cierto?
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