Los amigos del crimen perfecto de Andrés Trapiello
Del pueblo de donde él venía, nadie arrastraba equipajes demasiado historiados por lo que se refiere al amor. En aquel remoto lugar de a profunda España las vidas tenían trayectorías rectilíneas que empezaban un día en la primera comunión y acababan otro, quince años depués, en el matrimonio, sin salir da la misma iglesia y sin cambiar de cura.
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