República luminosa de Andrés Barba
Pensé que estábamos en peligro. Todos los que estábamos allí, en peligro. El propio Pablo Flores tenía algo de histérico, con aquellos ojos enrojecidos de desesperación y seguramente de falta de sueño después de tres días de búsqueda infructuosa. No hay nada más peligroso que la locura de los hombres naturalmente cuerdos. A diferencia de lo que ocurre con los violentos, en los cuerdos tiene un carácter desamparado y radical.
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