Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
El amor no es lo más importante. La vida me había enseñado que la felicidad es sentirse bien en tu propia piel, por la tranquilidad de una taza de café con una amiga con la que compartes apartamento, por una tarde de compras centrada en ti y por la satisfacción de comprarte un vestido solo por placer.
|