Te espero en el fin del mundo de Andrea Longarela
A Vi siempre le encantó brillar, del modo que fuese. Estaba preciosa. Puede que lo estuviese a su manera, una que nunca encajaba con las modas del momento o con lo que se consideraba adecuado para una chica de su edad, pero a mí eso me parecía que la hacía aún más bonita. |