El mapa de los afectos de Ana Merino
¿Quién defendería a las abuelas negras de los barrios periféricos, rodeadas de nietos porque sus hijos estaban en el cementerio atravesados por las balas? Esas sí que estaban jodidas y merecían una revolución. O las niñas prostituidas en los confines turíaticos de los países asiáticos. El listado de las mujeres por las que merecía la pena luchar era interminable, las causas se dibujaban en un mapamundi imaginario de países donde el abuso contra las mujeres era sistemático.
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