Contra el fanatismo de Amos Oz
La idea de la solución de un solo Estado se me antoja una locura porque intentar que israelíes y palestinos compartan a la fuerza un lecho de luna de miel justo después de ciento veinte años de derramamientos de sangre, de odio y de animosidad resulta tan absurdo como la idea de convertir a Alemania y a Inglaterra en una nación justo el día en el que terminó la Segunda Guerra Mundial.
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