Contra el fanatismo de Amos Oz
La esencia del fanatismo reside en el deseo de obligar a los demás a cambiar. En esa tendencia tan común de mejorar al vecino, de enmendar a la esposa, de hacer ingeniero al niño o de enderezar al hermano, en vez de dejarles ser. El fanático es una criatura de lo más generosa. El fanático es un gran altruista. A menudo, está más interesado en los demás que en sí mismo. [...] De una forma u otra, el fanático está más interesado en el otro que en sí mismo por la sencillísima razón de que tiene un yo bastante exiguo o carece por completo de yo.
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