Un caballero en Moscú de Amor Towles
Haciendo gala de una contención casi exagerada, el conde se había limitado a darle dos concisos consejos. El primero era que si uno no dominaba sus circunstancias, se exponía a que las circunstancias lo dominaran a él; el segundo, la máxima de Montaigne según la cual la señal más clara de sabiduría era la alegría constante.
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