Más que un matrimonio deshecho sentimentalmente y un lenguaje duro y directo, lo que veo es una soledad y dejadez que poco a poco revierte en una obsesión por un fantasma, una persona que está y no está (el presentador de la tele) y la obsesión de Lola por la minusvalía. Cree estar enamorada de S., pero más bien es comodidad lo que siente. Y desde el principio se siente esa ausencia/infidelidad que no me deja muy claro la protagonista si es que no la quiere ver o si tiene los ojos vendados de verdad. Me ha gustado, pero a la vez me ha puesto nerviosa la forma en la que está escrito. |